"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Cultura
Pablo Carbonell, músico
“Da igual lo que diga la canción, lo importante es la emoción que pones en ella”
Por Esther Peñas
22/04/2013
Es un tipo que conecta de forma inmediata con su interlocutor, su espectador, su fan, su público, en definitiva. Porque es genuino. Insólito, pero auténtico. Divertido, gracioso, sin pasarse nunca de listo. Ahora, después de no haber parado quieto (ha participado en series y programas de televisión, películas, etc.) durante muchos años –con reedición de éxitos de su anterior e irreverente formación musical, ‘Toreros muertos’- presenta ‘Canciones de cerca’ (18 Chulos Records), catorce temas al más puro estilo circense. La recaudación del concierto de apertura se destinó íntegra a ayudar a la familia de Nerea, una niña con una enfermedad rara. No será el único.
“Todo empezó porque mi compañero Jesús Olmedo, con quien trabajé en la serie ‘Hospital Central’, organizó un mercadillo solidario cuya recaudación destinó a los padres de Nerea. Yo, por aquel entonces, me puse muy malo y no pude colaborar, así que decidí donar todo lo que saque del concierto. No es que pretenda curar a la niña, en absoluto. Se trata de que los niños con enfermedades raras son, y no es nada peyorativo lo que voy a decir, una gran carga para su familia, y hay que aliviar ese peso”, nos explica.
No habla a tientas. Su hermana Nuria murió hace un año, también por una extraña enfermedad. “He sentido algo parecido a la marginación, porque las dos pesetas que el Estado te da para medicamentos no sirven para nada en comparación con el tiempo y la atención que demandan estas personas. Así que mi intención con ese concierto solidario, u otros que habrá, es darle un abrazo a esos padres, no pretendo mucho más. Si esto genera una corriente solidaria, bienvenida. Pero habría que conseguir que el presidente de algún laboratorio farmacéutico importante tuviera una hija con una enfermedad rara, así se sensibilizaría. Y sería un buen empuje para muchas personas”.
El disco, ‘Canciones de cerca’, quiebra un silencio discográfico de casi diez años, ya que sus últimos discos, ‘Rock and roll alimaña y la BSO de ‘Atún y chocolate’, son ambos de 2004. Claro que no ha estado quieto. “He hecho mucho teatro, que es muy esclavo, y en los huecos libres escribía canciones... he tenido una hija, que por cierto ha estado bastante hospitalizada, Mafalda... me he volcado en la familia... la música ha sido este tiempo esa amante gamberra con la que de vez en cuando sales. Ya la estoy liando, con lo bien que me había quedado eso de estar volcado en la familia... la música, sí, la tenía un tanto abandonada, es verdad, caramba, si tienes razón, ¿para qué te la voy a quitar? Pero estas cosas, la música, digo, no hay que forzarlas”.
Las canciones de cerca, que por su nomenclatura parecieran más sinceras, resultan sin duda más íntimas y entrañables. “Son para interpretarlas así, cerca del público, en lugares pequeñitos. Son canciones para mirarlas, con presentación similar al monólogo...”
Carbonell, además de -al menos en este momento- preferir las canciones de cerca, escucha un disco en directo de Louis Amstrong grabado en Amsterdan, en 1959. Le relaja. Aunque habitualmente lo que suena mientras trabaja es su grupo favorito, ‘Eels’, una banda indie tan interesante como sorprendente.
Tenemos una duda: ¿bajo qué circunstancia se prescribe la escucha de este disco? “Jejeje,... por favor, no lo escuchen conduciendo. Es broma, al revés, es bueno oírlo mientras se conduce, aunque igual te aceleras. Pues... es un disco para escuchar, no una banda sonora para hacer otras cosas, porque requiere mucha atención. No lo puedes poner y conversar, aunque claro, igual eso sólo me pasa a mí, el que no puedo hacer otra cosa más que escucharlo... es como poner a Serrat, Sabina o Krahe, de fondo. No está bien. Bueno, no es que me ponga a su nivel, es que me gusta mucho considerarme cantautor.
En realidad, había otra duda más, cómo es posible que de lo absurdo salgan canciones tan embriagadoras como las que firma. “Da igual lo que diga la canción, lo importante es la emoción que pones en ella. Hay cosas que son absurdas, utópicas, y hay que cargarlas de significado. Eso es algo que me sigue asombrando, que la enajenación cargue de contenido el absurdo, porque el absurdo es muy elástico”. Lo dejamos aquí, no vaya a ser que de tanto absurdo arrecie el delirio.